martes, 4 de julio de 2017

DEL POSTUREO AL "CHONISMO"

Ayer asistí a una gala de final de curso de una academia de baile. Mi hija actuaba en uno de los números y llevaba todo el curso preparando el número que hizo con sus compañeras, junto con otros números de otros alumnos y alumnas, niños y mayores. Era la primera gala de fin de curso de esta academia, surgida de la unión de otras y que tiene una matrícula de unos 350 alumnos. No está nada mal.

El claustro de profesores es un conjunto de personas con una preparación acorde a sus funciones, gente joven y motivada por el baile de todos los estilos, especialmente el moderno. Durante la gala, de casi 30 números, pudimos pasar desde el ballet clásico hasta el hip-hop pasando por bailes latinos, el flamenco o danzas orientales. A mi modo de ver, un poco de "batiburrillo" entre tanto estilo pero para ser la primera vez digamos que han superado el reto, poco que objetar.

Pero me he animado a escribir porque una de las cosas que más nos caracteriza a los españoles es esa hipocresía social donde el postureo es un deporte nacional pero que sin saber llevarlo puede degenerar en el "chonismo" más cateto, desvergonzado y maleducado, cosa que ayer pude comprobar durante las casi dos horas y media de duración del evento.

La gala se desarrolló en el Palacio de la Ópera de A Coruña, un recinto con una acústica muy buena, sede de la Orquesta Sinfónica de Galicia. Dicho sea de paso, el recinto es municipal, imagino que en concesión a una empresa para mantenimiento, porque desde luego a alguna parte del mismo le hace falta un buen repaso, sobre todo a las butacas que ya tienen agujeros en su acolchado y las telas desprendidas. La imagen desde luego es poco digna para un Palacio de la Ópera que se precie.

A Coruña es una ciudad con una gran tradición lírica, de ahí que hace ya unos 25 años se construyó este imponente recinto. Por él no solo han pasado las grandes figuras del bel canto, sino también orquestas de fama mundial y cantantes de todo tipo que han realizado sus conciertos en el Palacio. También se utiliza el recinto para conciertos didácticos de escolares y para otro tipo de eventos como el que se celebró ayer. Y siendo A Coruña una urbe donde el postureo debería ser considerado Patrimonio Inmaterial, ya que es sabido por muchos que "lo importante es que te vean aunque no tengas posibles" pues una gala como la de ayer era el marco idóneo para que los individuos y las individuas de este deporte autóctono luzcan sus mejores galas y pedrería, aunque luego devuelvan el traje a El Corte Inglés porque lo llevan con la etiqueta. Gente con un estilo de vida incardinado en la ciudad, de ambientes de pseudo-élite, niños y niñas de colegio privado o concertado (si es religioso, da más puntos en la escala de postureo) y una vida de apariencia con coches fastuosos y actividades lúdicas de gran inversión aunque luego debas dinero en la tienda o el supermercado del barrio por meses (es así, no exagero).

Bien llevado, el postureo es todo un estilo de vida, educado, en cierta medida glamuroso y con cierta posibilidad de ascenso social. Lo malo es cuando estos individuos se creen que simplemente con "tener" o disfrutar por una horas de estas situaciones de cierta exclusividda ya tienen el camino abierto para hacer lo que les venga en gana y acaben rayando la mala educación, como ayer pudimos comprobar sobre todo en la segunda parte de la gala.

Es ahí cuando esta gente de apariencia falsa demuestran que, (como dice el refrán, "aunque la mona se vista de seda, mona se queda"), su educación deja mucho que desear y en realidad son un claro ejemplo de "chonismo" barriobajero al más puro estilo "Mujeres y hombre y viceversa". Como os decía, en la segunda parte de la gala hubo entre el público energúmenos que, después de la presentación de cada número, empezaban a gritar frases al estilo de "¡Ánimo, Nereaaa!", "Vamos, Lucíaaaa", por citar solo unos nombres, en medio del anonimato que da la oscuridad, con silbidos chabacanos e incluso algún grito del tipo "Venga, cachondaaaaa" (verídico) al salir unas mujeres vestidas con prendas cortas para un baile latino de parejas. Sinceramente, vergüenza ajena. Llegó a tal punto la arenga individual en cada número que ya hartos de oirlos en una de esas presentaciones otra voz esta vez más cuerda que todos ellos llegó a espetar un "¡Ánimo todaaas!" después de oir los respectivos gritos con nombres como Vanessa, Patri o lo que fuera. Sinceramente, para sacarlos del local por dos guardias de seguridad y no dejarles entrar de nuevo en 25 años porque desde luego fue bochornoso.

Todo esto entremezclado por supuesto con fotos y vídeos con flash (a pesar que al inicio de la gala una voz en "off" advirtió de poner los móviles en silencio y no utilizar el flash) desde los móviles de última generación, llegando al extremo de ver como en la fila de atrás a donde yo estaba sentado dos mujeres se pusieron a ver uno de los vídeos que habían grabado a todo volumen cuando la misma voz en off presentaba para toda la sala el siguiente número. En fin, educación y cultura, poca, a pesar del postureo.

Por desgracia, hay mucho que educar. Y cada día se nota más ese empoderamiento que da tener un poco de dinero para comprar lo último en moda, tecnología, automoción o deporte pero nada de cultura. Vivimos cada vez más en el "primero yo, luego yo y para terminar yo", entendiendo como "yo" lo que es "mi mundo, el de mi hija/hijo que baila hoy y pago una entrada para grabarla y que sea feliz". El caso es que ayer bailaban 350 hijos e hijas y viéndolos estábamos 350 padres, 350 madres, abuelos, abuelas, hermanos y hermanas, etc. Es decir, una COMUNIDAD de personas que se supone compartimos un vínculo que es que nuestros hijos e hijas tengan una formación artística en danza. Pero no. Tuve la triste impresión de que lo que menos importaba ayer era eso precisamente, el ARTE de BAILAR, la emoción de hacer algo en grupo y que salga bien porque aunque pasen siglos, A Coruña seguirá siendo una ciudad líder mundial en postureo tendente ya al más cutre "chonismo". ¡Qué pena!



1 comentario:

  1. Los críos sacan lo peor del personal: España es un país pobre en muchos sentidos, pero el cultural es el más terrible, puesto que nuestras élites siempre despreciaron el valor del estudio o del trabajo.

    Esto contrasta con nuestra producción cultural, paradójicamente: actualmente, sin entrar en ideologías, tenemos a un partido en el gobierno que le declaró la guerra al sector cultural (pagando justos por pecadores: que la banda del moco estén en su contra no es motivo para castigar a miles de trabajadores).

    En fin: luego nos preguntan que por qué nos fuimos... Así nos va.

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