domingo, 15 de octubre de 2017

MIS BANDERAS

Siempre he tenido en el blog el "widget" (¿hay alguna palabra española para traducir esto?) de las banderas, es decir, los países desde donde se accede a las publicaciones de mi blog. Y me gusta mirarlo y comprobar que el número de países fue ascendiendo en estos 7 años. Personas de los cinco continentes han pasado por mi blog, me encantaría que alguien en alguna base científica de la Antártida también se molestase un ratito para leer alguna cosa (espero que llegue), y probablemente sean todos españoles que viven fuera o estudiantes de español o gallego, porque en inglés no hay nada escrito.

Y entre esas banderas hay algunas que eran completamente desconocidas para mí, no por ser de estados realmente constituidos y pertenecientes a la ONU, sino porque son todavía colonias, dependencias o regiones importantes de alguno de esos estados. Curiosamente, no aparece la bandera de Cataluña, o la de Galicia, pero sí aparecen las siguientes que a lo mejor sorprenden a algunos:

- Martinica (dependencia francesa)
- Hong Kong
- Nueva Caledonia (también francesa)
- Curação, Aruba y Antillas Neerlandesas (posesiones de Holanda con cierta autonomía)
- Guernsey (Reino Unido)
- Guadalupe (Francia)
- Reunión (también de Francia)

Y particularmente me llama la atención un territorio del que no tenía un conocimiento amplio ni que tuviese demasiado autogobierno que son las ISLAS ÅLAND


Podréis deducir fácilmente por el icono de su bandera y por la escritura del país que estamos ante un archipiélago de un país nórdico. Efectivamente, estas islas pertenecen a Finlandia, aunque la lengua oficial en ellas es el sueco, ya que se encuentran en el Mar Báltico entre los dos países. Si vemos un mapa nos costaría reconocer exactamente qué islas son del archipiélago y cuáles no, pero aquí dejo el enlace de la Wikipedia

Por lo que leemos estas islas gozan de una importante autonomía dentro del estado finlandés, pero solo tienen un representante en su Parlamento..., ¡¡solo uno!! Aún así, no he leído nunca absolutamente nada sobre si sus habitantes se sienten finlandeses o suecos, si buscan la independencia o quieren cambiar de estado, solo que pertenecen al Consejo Nórdico, un órgano que a día de hoy tiene una relevancia prácticamente a nivel cultural. 

Ya sé que comparar no sirve, pero leyendo estas cosas o simplemente, LEYENDO, acabas sacando conclusiones sobre todo este maremágnum que está suponiendo la situación en Cataluña de los últimos meses. Hoy no sabemos todavía si Cataluña es independiente o no y no voy a entrar a valorar los hechos del pasado martes en el Parlamento catalán porque la situación ya me satura un poco. Pero sí el tema de las banderas. Es curioso como un trozo de tela puede hacer surgir los comportamientos más primitivos del ser humano. Y yo, que mi evento favorito con banderas es Eurovisión, no acabo de entender que el patriotismo se ejerza precisamente con un trozo de tela. Bien es cierto que cuando asistí a Eurovisión llevaba mis banderas de España y de Galicia (cuando en 2011 nos representó Lucía Pérez), y que en un acontecimiento así vemos banderas de cientos de territorios, tanto es así que la UER (Unión Europea de Radiodifusión) llegó a emitir un comunicado prohibiendo la utilización de banderas que tuviesen una clara reivindicación política de territorios en disputa o aquellas que fomenten actitudes contrarias a los derechos humanos y libertades como pudiesen ser las de grupos terroristas. Y no sin polémica porque en un listado que publicó en su web llegó a incluir la "ikurriña" vasca lo que provocó las protestas del gobierno de esa comunidad autónoma.

La situación en determinados puntos de España estos días es muy tensa, viendo enfrentamientos entre grupos de extrema derecha que portan banderas franquistas y grupos independentistas que portan las banderas de la comunidad autónoma o incluyendo la estrella roja de la independencia. Los disturbios más graves se produjeron en Valencia con motivo del día de su comunidad autónoma el pasado 9 de octubre, ya que ambas manifestaciones coincidían en recorrido y la policía tuvo que crear una "franja de seguridad" entre los dos grupos con una tensión palpable.

Y en el fondo pienso que seguimos siendo el hazmerreír de toda Europa porque hasta el tristemente conocido ahora semanario satírico francés "Charlie Hebdo" llegó a publicar una portada en la que llama a los independentistas catalanes "gilipollas" comparándolos con los corsos. Desde Europa han dicho por activa y por pasiva que no reconocerán una independencia de Cataluña ni de ningún otro territorio al que se le ocurriese la idea de escindirse porque automáticamente quedarían fuera de la Unión Europea y lo que se busca es integración y no separatismos. Junckers ha dicho que no le gustaría "una Europa con 98 estados" (muchos me parecen, pero en fin, sería realmente una locura).

Pero claro, los que utilizan las banderas como exaltación del patriotismo, utilizan un lenguaje que cala en la población. Como el pasado jueves también se ha celebrado el Día Nacional de España, que en los últimos años está teniendo un auge espectacular, alguno ha aprovechado la ocasión para hacer cosas como esta:


Y pocas más explicaciones hay que dar a lo que cuenta ese tuit, que al final enarbolar una bandera o decorar todo un edificio con un inmenso trozo de tela no te hace más patriótico, sino curiosamente todo lo contrario si se descubre lo que hay detrás. Ojalá las banderas sirviesen para reivindicar mejoras en educación, en sanidad, en asistencia social, en pensiones, en puestos de trabajo, en infraestructuras... y no armas arrojadizas. Que defendamos con ellas a nuestros deportistas, a nuestros artistas, a nuestra cultura. Pero no que las utilicemos como argumento político o como confrontación entre iguales. Seguramente yo estaría contentísimo de ser ciudadano de Åland, pero como gallego soy plenamente feliz... y como español también.




1 comentario:

  1. Sobre todo, lo más importante es mantener la calma y la sangre fría (lo cual es a veces difícil: mea culpa).

    Dicho lo cual, más que el hazmerreir, lo que uno nota es consternación e incredulidad (al menos te preguntan por el asunto: uno intenta, en la medida de sus posibilidades, explicarlo de forma sencilla, pero en fin).

    Una reflexión del nivel intelectual que se está gastando en estos días: que uno haga una estupidez, no elimina las estupideces de los demás (lo cual es aplicable en ambas partes de esta historia).

    Y en fin: ahora sólo nos queda esperar y, sobre todo, aplicar la ley (esos mismos que ahora la quieren aplicar son los mismos, curiosamente, que durante años la han ninguneado cuando la ley apuntó la espada y la balance en su dirección).

    De eso va toda esta historia: sin, más, sin menos (de gente, da igual el bando, que cuando les conviene juegan con ciertos conceptos y, cuando no, se los pasan por el forro).

    Un abrazo,

    Paquito.

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