viernes, 30 de marzo de 2018

LA VIRGEN DE LA CUEVA

¡Es que no para de llover! En noviembre teníamos sequía, con los embalses en mínimos en Galicia. Pues nos vino un invierno frío y sobre todo el último mes lluvioso a más no poder. Y ya estamos de agua hasta arriba, de hecho en el embalse más grande de Galicia, Belesar, ya empezaron a soltar agua porque no da para más. Pero es que además es Semana Santa y en los informativos te ponen las playas del Mediterráneo a 25º y aquí los peregrinos con sus chubasqueros llegando al Obradoiro, empapadiños hasta la cabeza. Un famoso humorista gráfico gallego, Davila, ha caricaturizado este hecho con un chiste de rogativas a santos.




Es curiosa esta Semana Santa que se vive en España. El tema de las procesiones da para mucho, porque a cada cual es más pintoresca o incluso llega a tener un toque kitsch. He visto vídeos de gente llorando ante el paso de una imagen como también figuras que hacen bailar en sus tronos ante la llegada de otra imagen (Avilés) y luego está toda la parafernalia de las procesiones andaluzas. Hace ya muchos años presencié una en Málaga que se sigue haciendo y que es una de las que más se cuestiona: el Cristo de la Buena Muerte, procesionado (precioso participio) por los legionarios que llegan en barco al amanecer desde Melilla. Hoy se debatía en facebook si esa procesión, a la que acuden miles de personas, entre ellas muchos niños a los que les enseñan la tétrica "Soy el Novio de la Muerte", debería seguir celebrándose y si deberían ir cargos políticos civiles electos. Esa conjunción de Ejército, Iglesia y democracia resulta, cuanto menos, chocante. La verdad es que el respeto de la gente que acude a ese acto es solemne, yo lo vi, y sobrecoge. Pero claro, España constitucionalmente es un estado aconfesional, con lo cual, ¿qué hacemos? ¿Les decimos a los legionarios y a los ciudadanos de Málaga que se acabó, que ya no hay procesión? Imagino que se arma una revuelta de impresión.

El caso es que a mí esa procesión me parece muy dramática y atemporal. Pero claro, pasémoslo ahora a Galicia y digámosles a nuestros conciudadanos que se acabó ir a San Andrés de Teixido (para quien no lo sepa es el santo más "milagreiro" que tenemos en este rincón del mundo) o que el 16 de julio, día del Carmen, les digamos a los marineros que no pueden sacar en procesión en sus barcos por el mar a las imágenes de la santa, sin contar el "Botafumeiro", el abrazo al Apóstol, el "Corpiño", los ataúdes en Santa Marta de Ribarteme, etc., etc.

Tradición vs. Religión. ¿Dónde está la frontera que separa un rito de otro? Buena labor para los antropólogos. Yo creo que hoy las procesiones tienen más de tradición que de religión, aunque confieso que a mí me gusta verlas, el año pasado disfruté de las de Ferrol que es una de las más importantes de Galicia junto con las de Viveiro. Pero yo no voy con sentimiento religioso a verlas, más bien voy por admirar la escultura de las imágenes que procesionan y por observar el comportamiento de la gente, que en algún caso llega a tal extremo de misticismo que impresiona.

Sin embargo, hay una cosa con la que ya discrepo al 100 % y es que por orden de la Ministra de Defensa, Mª Dolores de Cospedal, desde hoy las banderas españolas de los cuarteles tienen que ondear a media asta por la muerte de Jesucristo... Y vivimos en un estado aconfesional, donde los ministros y ministras piden a la Virgen del Rocío que aumente el empleo o que San Cristóbal nos proteja en la Operación Salida al volante de nuestros coches. Este es el nivel. Así que a aquellos turistas extranjeros que nos visiten, recuerden estos días de Semana Santa: SPAIN IS DIFFERENT!!



(El Desenclavo. Semana Santa de Medina de Rioseco - Valladolid)

martes, 27 de marzo de 2018

FARIÑA

¡¡Más de un mes sin escribir!! Reconozco que poco hay que contar a no ser que me dedique profesionalmente a tertuliano o articulista, pero no va a ser el caso. Hoy hablamos de nuevo de mi tierra, Galicia, este lugar que gusta a todo el que aquí llega por sus tópicos: gastronomía, naturaleza verde, el mar... Precisamente el mar es el medio en el que empezó a desarrollarse ya en la dictadura una actividad "comercial" sin la que muchos lugares costeros (o no tanto) y sus habitantes no se comprenderían. Sí, amiguitos y amiguitas, el contrabando, tan de actualidad en estos últimos días por el secuestro del libro "Fariña" y la emisión de la serie sobre el mismo en un canal privado español.

Galicia siempre fue tierra de contrabandistas, su cercanía con Portugal favoreció esos intercambios de productos entre los dos países creándose una red de enlaces que posteriormente formarían un entramado por el cual vivimos una situación delictiva que derivó al narcotráfico. Determinadas comarcas de Galicia, en especial el entorno de la ría de Arousa, no se entenderían sin su vinculación primero con el contrabando de tabaco y posteriormente con el tráfico de drogas.

"Fariña" relata la historia de esa actividad, de sus clanes, de las operaciones contra ellos por parte del Estado, de los vínculos de los "capos" con la política gallega, las fuerzas de seguridad, el sistema judicial, etc. Algo que estuvo a punto de convertirse en una especie de Sicilia y que fuera de nuestra región es poco comprensible. Pero algo también que fue tolerado por el entorno social de las villas de la ría de Arousa y por sus vecinos, creándose un silencio cómplice a sabiendas de que todos conocían lo que hacían todos y cada uno de los implicados en las descargas de mercancía en sus costas. Solo un puñado de madres coraje empezaron a hacer frente a esa lacra social de la droga al ver cómo sus hijos iban cayendo uno tras otro por su adicción a la heroína (droga, curiosamente, que no entraba por las rías) y poco a poco algunos jueces valientes plantaron cara a todo y empezaron a combatir una actividad que, sin duda, ha marcado muchas generaciones de familias de las rías y a toda una sociedad que veían cómo llegaba dinero fácil y rápido y daba trabajo, aunque fuese de una manera un tanto ilícita, a muchos jóvenes.

La serie, interpretada excepcionalmente además por muchos actores y actrices gallegos, no hace más que dejar constancia de algo que en Galicia conocemos desde hace muchas décadas. Yo mismo en mi adolescencia compraba Winston "de batea" y recuerdo una vez en Sta. Uxía de Ribeira, alojado en un hotel y desayunando, un chaval de unos 11 años le ofrecía a la dueña con total naturalidad cartones de tabaco, preguntándole ella "¿no estará mojado?", y el muchacho responderle con un "nooo" rotundo y cerrando el trato. Era el día a día. La frase "ghano eu nunha noite de descargha o que ghanas ti nun mes", con la "gheada" característica de la variante lingüística de nuestra lengua en la costa, era más que habitual cuando alguien se picaba con otra persona por cualquier motivo laboral. Miles de historias hay para contar en todas las familias, rara es aquella persona que por medio de algún conocido o familiar no te cuente quien estaba metido en el tema o te cuente un suceso de un alijo, un escondite o alguna conexión con este mundo. Incluso hablar de él hoy en día es en cierta manera tabú, cuando era, repito, algo sabido y tolerado por las más altas esferas políticas y judiciales de la región.

A pesar de haber sido secuestrado el libro por una orden judicial, mucha gente ya lo había leído porque su primera edición fue hace un par de años y lo tenían en casa. Pues bueno, yo también lo he leído porque me lo han prestado (no deja de ser también una actividad de contrabando leer algo "prohibido") y no deja indiferente a nadie. Nombre y apellidos conocidos por todos, desde los propios patriarcas de la red hasta políticos de gran renombre e importancia; operaciones policiales que fueron noticia por su repercusión y su calado ("Nécora", "Tabaiba", "Mito"...), toda una radiografía de una sociedad que también forma parte de nuestra manera de ser y que no se entiende más allá de Pedrafita. Yo también estuve destinado en la comarca unos años y era algo que se palpaba y que marcaba la personalidad de los alumnos y sus familias, mucho más difíciles de manejar porque nunca vieron útil "perder el tiempo" con la educación y la cultura, el dinero fácil llegaba rápido por otros medios. Pero lo que más me sorprende de todo lo que leo (y que engancha, por cierto) es precisamente el convencimiento de todos y cada uno de los protagonistas de este mundillo de que estaban haciendo algo que no era malo y que incluso era bien visto o al menos tolerado por sus convecinos. En el fondo, se creó una "narcocultura", que incluía no solo las conexiones con las redes internacionales de tráfico de drogas sino una manera de afrontar la vida que puede ser muy cuestionada por alguien ajeno a Galicia, pero que existe, estuvo (y está) ahí y que en cierto modo se sigue transmitiendo, con una característica básica que, a la larga, fue la que hizo que se fuese destruyendo poco a poco el entramado: me refiero al hecho de mostrar ante todos que "puedo tener y hacer lo que me apetezca, soy impune ante las leyes". Esa ostentación de coches de alta gama, casas- palacio con la decoración más rococó que puedas imaginar, dinero gastado en casinos, restaurantes de lujo y demás, fue lo que al final constituyó el punto débil de los narcotraficantes, arrogantes y soberbios por creerse intocables, muchos de ellos ahora aún en prisión o bien pendientes de múltiples juicios. Pero que, en el fondo, siguen teniendo la consciencia de que no han hecho nada malo.

Pero también estremece leer cómo tenían "comprados" a guardias civiles, políticos, abogados..., cómo se amañaban las elecciones para que gobernase el partido que tenía que gobernar; cómo dieron el salto mortal de pasar del contrabando de tabaco al de cocaína y conectaron con los cárteles colombianos; cómo Galicia estuvo a punto de convertirse en un lugar dominado por la "narcocultura" si no llega a ser por la actuación de jueces y fuerzas de seguridad del Estado no locales, sino controladas desde Madrid, porque cualquiera aquí podría echar al traste una operación tras meses de investigación y seguimiento; y cómo pudo convertirse la ría de Arousa en un territorio "sin ley", con una sociedad desestructurada y cientos de familias rotas porque, a pesar de todo, estos hechos no dejan de ser un drama. Símbolos como la famosa foto de un equipo de fútbol de drogodependientes que ganaron un torneo comarcal, llamado "Dejadnos Vivir", y del que solo quedan vivos 3 de 10 que aparecen en la foto son vidas rotas, madres que lloran aún a sus hijos y el recuerdo de una lacra que nos marcó y aún nos marca.

En definitiva, espero que algún día podáis leer el libro. Mientras tanto, disfrutad de la serie de televisión porque merece la pena, además como os dije la interpretación del elenco es soberbia. Echo en falta que no fuese en gallego porque, a pesar de que se dicen algunas expresiones, al ser una serie de ámbito nacional en cierta medida es lógico que se emita en castellano, aunque a los gallegos nos choque, máxime cuando sus actores hablan habitualmente en nuestra lengua. Y sí, no dejamos de ver a alguno de los protagonistas como héroe, porque desde luego no queremos que la Guardia Civil o la Policía Nacional llegue a coger a Sito Miñanco, es ese vínculo que se crea con "el malo" a pesar de saber que está delinquiendo. Y además seguro, SEGURO, que quedan muchas cosas por contar y tal vez nunca sepamos todo lo que realmente pasó, pero el primer análisis está hecho.